Orlando di Lasso

Prophetiae Sibyllarum (1600)

 Vínculo al artículo de Peter Bergquist sobre las fuentes de los poemas:

Los poemas de las Prophetiae Sibyllarum de Orlando di Lasso y sus fuentes

Orlando di Lasso
Orlando di Lasso

Esta traducción es muy especial para mí, ya que se trata de la primera que vez que traduzco del latín. Decidí hacerlo con un espíritu lúdico y un tanto experimental, tomando una obra para la que no conocía traducciones al español (aunque sí al inglés). Prophetiae Sibyllarum (Profecías de las sibilas), del gran maestro Orlando di Lasso, es una de las obras culminantes de la música vocal del Renacimiento. Como exponente de la cultura filosófica, intelectual y artística de su época, aúna elementos religiosos y poéticos tomados de la cultura grecorromana clásica y de la tradición judeocristiana en una composición musical de vanguardia.

Cada uno de los doce poemas que Lasso musicalizó contiene seis versos en hexámetro dactílico, el metro utilizado en la poesía épica latina clásica. A ello se le añade un prólogo de tres versos con el mismo metro. Los textos son, en realidad, de autor anónimo. (Para conocer las fuentes que Lasso pudo haber utilizado conviene leer el artículo de Peter Bergquist que traduje en la página anterior). Con el fin de probarme tanto en la traducción del latín como en distintas formas poéticas, decidí hacer dos versiones por cada poema. La primera utiliza un tipo de verso octodecasílabo que se compone de dos hemistiquios eneasílabos polirrítmicos. Opté por este metro con el fin de replicar la cantidad de versos del original, y tras algunos intentos con otras variantes, lo elegí por la comodidad que me ofreció para expresar el contenido con aceptable precisión. Al igual que los versos latinos, los de esta versión carecen de rima. Apuntan a destacar el mensaje de los poemas adaptándolos a la prosodia y la sintaxis española, manteniendo, sin embargo, un ritmo versificado.

La segunda versión, en cambio, persigue una finalidad estética muy diferente. Mis poemas en traducción están directamente inspirados en una de las obras capitales de la poesía castellana, las Soledades (1613) de Góngora. La poética de las Soledades supone, entre muchas otras posibilidades de análisis, una imitación de la poética latina clásica, con recursos estilísticos como un marcado -incluso chocante- hipérbaton (alteración del orden sintáctico natural). Sin embargo, está basada en versos tradicionales de la poética española, como el endecasílabo y el heptasílabo, dispuestos en silva, una forma poética que ofrece gran libertad en la alternancia y la cantidad de versos. Además, los versos incluyen rima consonante, otro recurso estilístico propio de la poesía española y ausente en la poesía latina clásica.

Mi segunda traducción, entonces, está modelada según estos rasgos de la obra de Góngora, aunque, a diferencia de las Soledades, apelo a rimas asonantes además de consonantes. El fin que persigue esta versión es ser tan fiel al sentido del original como la primera versión, pero, además, proponer un estilo que, si bien más enrevesado para el lector en castellano, le ofrecerá una experiencia estética diferente: la ilusión de lectura del original latino, con la imitación de algunos de sus estilemas idiomáticos (por ejemplo, la sintaxis enrarecida) en un poema nuevo anclado, sin embargo, en la tradición castellana, con algunos de sus recursos clásicos (por ejemplo, la rima).

En esta página, se presenta cada poema en el latín original (siguiendo la edición de Peter Bergquist en 1979) seguido de la primera versión castellana y, debajo, la segunda versión. Junto a cada poema se puede escuchar la obra maravillosa de Orlando di Lasso, interpretada por el grupo De Labyrintho, con dirección de Walter Testolin. Al final, muestro la traducción inglesa de Bergquist. Por último, también está el vínculo a otra interpretación de la obra de Lasso por el grupo La Main Harmonique, con dirección de Frédéric Bétous.

Profecías de las sibilas

Prologus

Carmina chromatico quae audis modulata tenore,
Haec sunt illa quibus nostrae olim arcana salutis
Bis senae intrepido cecinerunt ore Sibyllae.

Prólogo

Los cantos que oyes con cromático tenor modulados son esos
en los que, mucho ha, las dos veces seis Sibilas oraron,
con boca intrépida, secretos acerca de nuestra salud.

En cromático cantos modulados
tenor que oyes estos son aquellos
en que en tiempos pasados
los de la nuestra salvación secretos,
intrépidos con labios,
las Sibilas dos veces seis oraron.

I. Sibylla Persica

Virgine matre satus, pando residebit asello
Iucundus princeps, unus qui ferre salutem
Rite queat lapsis: tamen illis forte diebus
Multi multa ferent, immensi fata laboris.
Solo sed satis est oracula prodere verbo:
Ille Deus casta nascetur virgine magnus.

I. Sibila pérsica

Vástago de una virgen madre, solo aquel Príncipe alegre
sentado en un asnito pando podrá llevar, según el rito,
la salvación a los caídos: aunque, por esos días, muchos
han de dar muchas profecías sobre una inmensa labor.
Pero a los oráculos solo basta con que den una voz:
el Dios poderoso aquel nacerá de una Virgen casta.

De virgen madre vástago, en un pando
se sentará asnito
el Príncipe jocundo
que llevar la salud será el único
que pueda a los caídos, realizando
todo según el rito;
aunque por esos pasará que días
muchos muchas dirán de una labor
inmensa profecías.
Sola, pero una suficiente es
que los oráculos expresen voz:
de una virgen magnífico
habrá el Dios aquel
casta de ser nacido.

II. Sibylla Libyca

Ecce dies venient, quo aeternus tempore princeps,
Irradians sata laeta, viris sua crimina tollet,
Lumine clarescet cuius synagoga recenti:
Sordida qui solus reserabit labra reorum,
Aequus erit cunctis, gremio rex membra reclinet
Reginae mundi, sanctus, per saecula vivus.

II. Sibila líbica

Miren: vendrán días de un tiempo en el que el príncipe eterno,
radiante de mieses alegres, quitará el crimen de los hombres,
cuya sinagoga será esclarecida con luz nueva:
el único que reabrirá los labios impuros del reo
será justo para con todos; en el regazo de la Reina
del mundo, apoye el rey sus miembros, el santo, vivo por los siglos.

Miren: días vendrán del tiempo aquel
en que eterno un príncipe,
mieses alegres irradiando, crímenes
a los hombres los suyos
quitará, cuya ha de esclarecer
sinagoga con luz
reciente; sórdidos aquel que solo
volverá a abrir los labios de los reos
ecuánime será para con todos.
En el regazo apoye el rey sus miembros
de la reina del mundo, él, el vivo
y el santo por los siglos.

III. Sibylla Delphica

Non tarde veniet, tacita sed mente tenendum
Hoc opus. Hoc memori semper qui corde reponet,
Huius pertentant cor gaudia magna prophetae
Eximii, qui virginea conceptus ab alvo
Prodibit, sine contactu maris. Omnia vincit
Hoc naturae opera: at fecit, qui cuncta gubernat.

III. Sibila délfica

No llegará tarde esta obra, aunque ha de guardarse en callado
pensamiento. A quien siempre guarde esto en corazón memorioso,
allí le invadirá el gran júbilo de aquel profeta excelente,
el que surgirá concebido de un vientre virgen, sin contacto
con varón. Ello vence toda obra de la naturaleza:
pero esto lo hizo aquel que gobierna todas las cosas.

No tarde llegará, pero en callada
mente ha de tenerse
esta obra. Del que ello en memorioso
retenga siempre corazón, invadan
el propio corazón los grandes gozos
del eximio profeta, que de vientre
virgen va a aparecer
sin de varón contacto concebido.
De la naturaleza
todas las obras vence
pero esto aquel lo hizo
que todo lo gobierna.

IV. Sibylla Cimmeria

In teneris annis facie praesignis, honore
Militiae aeternae regem sacra virgo cibabit
Lacte suo: per quem gaudebunt pectore summo
Omnia, et Eoo lucebit sidus ab orbe
Mirificum; sua dona Magi cum laude ferentes,
Obiicient puero myrrham, aurum, thura Sabaea.

IV. Sibila cimeria

En años tiernos, distinguida por su belleza, con honor
una virgen sacra dará de su leche al rey de la eterna
hueste: por él todas las cosas se alegrarán en lo más hondo
de su ser, y desde el Oriente del mundo brillará una estrella
maravillosa; con loor, los Magos traerán sus regalos
y ofrendarán al niño oro, mirra y el incienso de Saba.

En tierna edad, insigne en su belleza,
y con honor al de la eterna hueste
rey, una virgen sacra
nutrirá con su leche:
por él se alegrarán
todas las cosas en su ser profundo,
y lucirá una estrella
del Oriente del mundo;
sus regalos los Magos con loor
trayendo ofrecerán
al niño mirra, oro,
y el incienso de Saba.

V. Sibylla Samia

Ecce dies, nigras quae tollet laeta tenebras,
Mox veniet, solvens nodosa volumina vatum
Gentis Judaeae, referent ut carmina plebis.
Hunc poterent clarum vivorum tangere regem,
Humano quem virgo sinu inviolata fovebit.
Annuit hoc coelum, rutilantia sidera monstrant.

V. Sibila samia

Miren: pronto vendrá el feliz día que levará las negras
tinieblas y desatará todos los nudosos volúmenes
de los profetas de la gente de Judea: el pueblo lo anuncia
en sus cantos. Podrán tocar a este insigne rey de los vivos,
a quien una virgen intacta abrigará en su humano seno.
De esto da señal el cielo, lo muestran los astros brillantes.

Miren: el día que las negras pronto
levantará feliz tinieblas llega
a desatar volúmenes nudosos
del pueblo de Judea y sus profetas,
como anuncian los cantos
de la gente. Tocar a este preclaro
podrán rey de los vivos
al que virgen en seno intacta humano
abrigará. Da el cielo de esto guiños,
así lo muestran rutilantes astros.

VI. Sibylla Cumana

Iam mea certa manent, et vera, novissima verba
Ultima venturi quod erant oracula regis,
Qui toti veniens mundo cum pace, placebit,
Ut voluit, nostra vestitus carne decenter,
In cunctis humilis. Castam pro matre puellam
Deliget, haec alias forma praecesserit omnes.

VI. Sibila cumana

Ya mis palabras más recientes se mantendrán ciertas y exactas
porque eran los augurios últimos de ese rey que está por venir,
aquel que, trayendo la paz a todo el mundo, gustará
tal como lo quiso, de bien vestir nuestra carne y de ser
en todas las cosas humilde. Elegirá como su madre
a una doncella casta, más clara que todas en belleza.

Exactas mis palabras más recientes
y también verdaderas
ya han de mantenerse
puesto que aquellas últimos
los oráculos eran
de ese rey que vendrá, aquel que al mundo
todo la paz trayendo
se mostrará contento,
así como lo quiso,
de bien estar vestido
con nuestra carne, humilde en toda cosa.
Una por madre elegirá doncella
casta, y más que todas
preclara en su belleza.

VII. Sibylla Hellespontica

Dum meditor quondam vidi decorare puellam,
Eximio, castam quod se servaret, honore,
Munere digna suo, et divino numine visa,
Quae sobolem multo pareret splendore micantem:
Progenies summi, speciosa et vera Tonantis,
Pacifica mundum qui sub ditione gubernet.

VII. Sibila helespóntica

Mientras medito, yo una vez vi una doncella decorada
de un honor eximio, pues ella se había preservado casta.
Estimada digna del don suyo y del divino numen,
con gran esplendor pariría un resplandeciente retoño:
la verdadera y especiosa progenie del Tonante altísimo,
aquel que al mundo regirá con soberanía pacífica.

A una vi una vez, mientras medito,
doncella decorada
de eximio, porque casta
preservado se había, honor. Del don
suyo estimada digna y del divino
numen, ella un retoño fulgurante
grande con esplendor
habría de parir: progenie aquella
del sumo verdadera
y especiosa Tonante,
aquel que al mundo regirá pacífica
bajo soberanía.

VIII. Sibylla Phrygia

Ipsa Deum vidi summum, punire volentem
Mundi homines stupidos, et pectora caeca, rebellis.
Et quia sic nostram complerent crimina pellem,
Virginis in corpus voluit demittere coelo
Ipse Deus prolem, quam nunciet Angelus almae
Matri, quo miseros contracta sorde levaret.

VIII. Sibila frigia

Pude ver yo misma al altísimo Dios, que quería castigar
a los hombres tontos y ciegos corazones del mundo díscolo.
Y de tal forma nuestra piel se había llenado de crímenes
que el propio Dios quiso enviar, del cielo al cuerpo de una virgen,
a su hijo, que será anunciado por un ángel a la nutricia
madre, y por quien alzará al mísero de la inmundicia contraída.

Yo misma al Dios vi altísimo querer
rebelde a los del mundo castigar
hombres tontos y ciegos
corazones. Y tanto nuestra piel
de crimen se llenaba,
que a un virgen cuerpo quiso desde el cielo
enviar el propio Dios a su hijo, aquel
que será por un ángel anunciado
a la madre nutricia,
y habrá de alzar por quien
a todo desgraciado
de aquella contraída inmundicia.

IX. Sibylla Europaea

Virginis aeternum veniet de corpore verbum
Purum, qui valles et montes transiet altos.
Ille volens etiam stellato missus Olympo,
Edetur mundo pauper, qui cuncta silenti
Rexerit imperio: sic credo, et mente fatebor:
Humano simul ac divino semine natus.

IX. Sibila europea

Del cuerpo de una virgen ha de venir el eterno verbo
puro, aquel que cruzará los altos valles y montañas.
Enviado voluntariamente desde el Olimpo constelado,
será ofrecido pobre al mundo, él, que todo lo regirá
con silente imperio. Así lo creo y en mi corazón
confieso: de semilla humana y a la vez divina nacido.

Ha de venir del de una virgen cuerpo
puro el verbo y eterno,
que valles cruzará y montañas altos.
Él, por su voluntad
desde el Olimpo enviado constelado,
al mundo, aquel que todo regirá
pobre será ofrecido
con imperio silente.
Así lo creo yo
y lo confesaré de corazón:
de una humana simiente
y divina a la vez será nacido.

X. Sibylla Tiburtina

Verax ipse Deus dedit haec mihi munia fandi,
Carmine quod sanctam potui monstrare puellam,
Concipiet quae Nazareis in finibus, illum
Quem sub carne Deum Bethlemica rura videbunt.
O nimium felix, coelo dignissima mater,
Quae tantam sacro lactabit ab ubere prolem.

X. Sibila tiburtina

El propio Dios veraz me dio por oficio la profecía
para poder mostrar con cantos a la doncella santa aquella
que en las lindes de Nazareth a aquel habrá de concebir
que, Dios, los belénicos campos presenciarán bajo la carne.
¡Oh, tan plenamente feliz madre, dignísima del cielo,
que a semejante hijo darás la leche de tu pecho sacro!

Veraz el propio Dios a mí me dio
de profecías dar el ministerio
para poder con cantos
a esa doncella santa revelar
que habrá de concebir en nazarenos
confines al que, Dios,
bajo la carne contemplar podrán
los belénicos campos.
¡Oh, fausta plenamente
madre que eres dignísima del cielo
y a semejante sacro de tu pecho
prole darás la leche!

XI. Sibylla Erythraea

Cerno Dei natum, qui se demisit ab alto,
Ultima felices referent cum tempora soles
Hebraea quem virgo feret de stirpe decora,
In terris multum teneris passurus ab annis,
Magnus erit tamen hic divino carmine vates,
Virgine matre satus, prudenti pectore verax.

XI. Sibila eritrea

Contemplo al nacido de Dios que se hizo descender de lo alto
cuando soles felices vayan a traer los últimos tiempos,
a quien llevará una virgen decorosa de estirpe hebrea;
mucho ha de sufrir en la tierra, ya desde los más tiernos años,
pero aquí será un gran profeta con sus divinas oraciones,
vástago de una virgen madre, veraz en su corazón sabio.

Contemplo a ese que de Dios nacido
desde lo alto se hizo
descender, cuando últimos felices
soles traigan los tiempos,
hebrea a quien muchacha una de estirpe
llevará decorosa y virgínea;
mucho en la tierra ya desde los tiernos
años ha de sufrir,
gran profeta, no obstante, será aquí
de oraciones divinas
vástago de una madre virginal
y en su prudente corazón veraz.

XII. Sibylla Agrippa

Summus erit sub carne satus, charissimus atque,
Virginis et verae complebit viscera sanctum
Verbum, consilio, sine noxa, spiritus almi.
Despectus multis tamen ille, salutis amore,
Arguet et nostra commissa piacula culpa:
Cuius honos constans, et gloria certa manebit.

XII. Sibila agripa

Sumo será bajo la carne y queridísimo también
el retoño, y el santo verbo llenará el vientre de una virgen
verdadera, por el designio sin mancha del nutricio espíritu.
Aunque despreciado por muchos, él, amando la salvación,
ofrecerá también el rito expiatorio por nuestra culpa.
Su honor se mantendrá constante, su gloria será verdadera.

Sumo será bajo la carne el vástago
y también queridísimo,
que de una virgen santo
auténtica el verbo
el vientre llenará, por el decreto
sin mancha del nutricio
espíritu. Por muchos, despreciado,
y, sin embargo, ofrecerá además,
la salvación amando,
por nuestra culpa el rito de expiación.
Verdadera su gloria ha de durar
y constante su honor.

Versión en inglés por Peter Bergquist (1979)

Prologue

Polyphonic songs which you hear with a chromatic tenor,
these are they, in which our twice-six sibyls once
sang with fearless mouth the secrets of salvation.

I. Persica

The son of a virgin mother shall sit on a crook-backed ass,
the joyful prince, the only one who can rightly bring
salvation to the fallen; but it will happen in those days that
many shall tell many prophecies of great labor.
But it is enough for the oracles to bring forth with a single word:
That great God shall be born of a chaste virgin.

II. Libyca

Behold the days will come, at which time the immortal prince,
sowing abundant crops, shall take away their crimes from men,
whose synagogue will shine with new light;
he alone shall open the soiled lips of the accused,
he shall be just to all; let the king, holy, living for all ages,
recline his limbs in the bosom of the queen of the world.

III. Delphica
He shall not come slowly (but this work must be held with
quiet thought), he who will ever store this in a mindful heart,
why his prophets may announce great joys of this
exalted one, who shall come forth conceived from the
virginal womb without taint of man. This conquers all
the works of nature: yet he has done this who governs all things.

IV. Cimmeria
In her tender years, distinguished with beauty, in honor
the holy virgin will feed the king of the eternal host
with her milk; through whom all things will rejoice
with uplifted heart, and in the east will shine
a marvelous star: Magi bringing their gifts with praise
shall present to the child myrrh, gold, Sabaean frankincense.

V. Samia
Behold, the joyful day which shall lift the black darkness
will soon come and unravel the knotty writings of the prophets
of the Judean tribe, as the people’s songs tell.
They shall be able to touch this glorious ruler of the living,
whom an unstained virgin will nurture at a human breast.
This the heavens promise, this the glowing stars show.

VI. Cumana
Now my most recent words shall remain certain and true,
because they were the last oracles of the king to come,
Who, coming for the whole world with peace, shall be pleased,
as he intended, to be clothed fitly in our flesh,
humble in all things. He shall choose a chaste maiden for his
mother; she shall exceed all others in beauty.

VII. Hellespontica
Once while I was reflecting, I saw him adorn a maiden
with great honor (because she kept herself chaste);
She seemed worthy through his gift and divine authority
to give birth to a glorious offspring with great splendor:
the beautiful and true child of the highest Thunderer,
who would rule the world with peaceful authority.

VIII. Phrygia
I myself saw the high God wishing to punish
the stupid men of the earth and the blind heart of the rebel.
And because crimes shall thus fill our skin,
God himself wished to send from heaven into the body
of a virgin his son, which the angel shall announce to the fostering
mother, so that he may raise the wretches from the uncleanness they have contracted.

IX. Europaea
From the body of a virgin shall come forth the pure
word eternal, who shall cross valleys and high mountains.
He, willingly sent even from starry Olympus,
will be sent into the world a pauper, who shall rule all creation
with silent power. Thus I believe and shall acknowledge in my heart:
He is the child of both divine and human seed.

X. Tiburtina
The truthful God himself gave me these gifts of prophecy,
that I might proclaim in song the holy virgin
who shall conceive in Nazareth’s bounds
that God whom Bethlehem’s lands shall see in the flesh.
O most happy mother, worthy of Heaven,
who shall nurse such a child from her holy breast.

XI. Erythraea
I behold the son of God, who sent himself from on high,
when the joyful days shall bring the last times.
He whom the comely virgin shall bear from the Hebrew lineage,
he who shall suffer much on earth from his tender years on,
he shall nevertheless be here a great seer in godly prophecy,
the son of a virgin mother, truthful and of a wise heart.

XII. Agrippa
The highest and dearest shall be born in the flesh the son
of the true virgin, and the holy word shall fill the womb
of the maiden through the pure intention of the nurturing spirit;
although contemptible to many, he, for love of our salvation,
will censure the sins committed by our guilt;
his honor shall remain constant and his glory certain.

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